El pastor Rajoy no para de anunciar que viene el lobo de las medidas difíciles. Pero esta vez parece que está cerca de verdad. Sus ministros se preparan ya para un mes de julio, y tal vez de agosto —con seguridad habrá algún Consejo de Ministros estival— con varios viernes de pasión, como se les llamó en la primera fase, en la que cada semana había un recorte nuevo.
Pese a que Rajoy lo niega en público, muchos en su Gobierno admiten en privado que la presión de los socios europeos es muy fuerte. Italia y España, apoyados por Francia, lograron un notable éxito en la cumbre, pero algunos nórdicos, en especial Finlandia y Holanda, aliados de Alemania, presionan para ganar la batalla en segunda vuelta. Rajoy está obligado, dicen los suyos, a lanzar señales como la subida del IVA, a la que se ha resistido. Y llegará con seguridad en julio. Pero habrá más: la reforma de la ley de dependencia, otras posibles subidas de impuestos, nuevas tasas, peajes, y las líneas básicas de los Presupuestos de 2013, que según apuntó el presidente serán muy duros. Todo, en pleno verano.
Rajoy dice que hace las cosas no por presión sino por convicción. Sobre todo los recortes. Pero es evidente que ni él ni buena parte de su Gobierno querían tocar el IVA, y se van a ver obligados a hacerlo. O la deducción por vivienda, o el copago farmacéutico, o el sueldo de los funcionarios. Todo llega bajo presión. De los mercados —la prima de riesgo bajó y volvió a subir este lunes hasta colocarse por encima de la Irlanda, un país rescatado—, del FMI, del BCE y de los socios europeos.
Tal vez por eso, porque Rajoy sabe que lo que va a hacer contradice casi todas sus promesas, está retrasando todo lo posible algunos recortes y subidas de impuestos y piensa anunciarlas en pleno periodo vacacional.
Pese a que Rajoy lo niega en público, muchos en su Gobierno admiten en privado que la presión de los socios europeos es muy fuerte. Italia y España, apoyados por Francia, lograron un notable éxito en la cumbre, pero algunos nórdicos, en especial Finlandia y Holanda, aliados de Alemania, presionan para ganar la batalla en segunda vuelta. Rajoy está obligado, dicen los suyos, a lanzar señales como la subida del IVA, a la que se ha resistido. Y llegará con seguridad en julio. Pero habrá más: la reforma de la ley de dependencia, otras posibles subidas de impuestos, nuevas tasas, peajes, y las líneas básicas de los Presupuestos de 2013, que según apuntó el presidente serán muy duros. Todo, en pleno verano.
Rajoy dice que hace las cosas no por presión sino por convicción. Sobre todo los recortes. Pero es evidente que ni él ni buena parte de su Gobierno querían tocar el IVA, y se van a ver obligados a hacerlo. O la deducción por vivienda, o el copago farmacéutico, o el sueldo de los funcionarios. Todo llega bajo presión. De los mercados —la prima de riesgo bajó y volvió a subir este lunes hasta colocarse por encima de la Irlanda, un país rescatado—, del FMI, del BCE y de los socios europeos.
Tal vez por eso, porque Rajoy sabe que lo que va a hacer contradice casi todas sus promesas, está retrasando todo lo posible algunos recortes y subidas de impuestos y piensa anunciarlas en pleno periodo vacacional.
Fuente: elpais.com
Imprimir artículo